Las flores traen la naturaleza a casa. En el Siglo de Oro holandés, la gente le daba mucha importancia. Los tulipanes eran inasequibles en los años treinta. Si se disponía de un bolso más pequeño, un cuadro era una alternativa, y así se crearon las primeras pinturas de flores. La moda de los tulipanes del siglo XVII pasó, pero el amor por las flores permaneció. Una flor se adapta a cada ocasión. Una fiesta de color o, por el contrario, tenue y tranquila, portadora silenciosa de emociones. No es de extrañar que los artistas de este calendario elijan las flores como tema. Alimento para la vista y para el alma.
Formato: 21 x 30 cm